Disciplina y deuda estatal: no bastan las leyes

El día de ayer se presentó una iniciativa del Ejecutivo federal para regular la deuda de los estados mexicanos. Se busca poner candados a los niveles de endeudamiento permitido y reglas más exigentes para su aprobación.

Algunas entradas de este blog se han referido a los efectos de la deuda subnacional, otras al estudio de México Evalúa sobre el destino de la deuda contraída por los estados, y una más sobre las llamadas leyes de disciplina financiera. De esta última, hay información relevante para poner en perspectiva el anuncio de esta iniciativa:

Diversos países han emitido en los últimos lustros leyes de responsabilidad fiscal que buscan controlar el comportamiento irresponsable en el manejo de deuda y evitar que la ventaja de corto plazo que un estado puede obtener al adquirir deuda lleve a problemas de largo plazo para el país en su conjunto. Al respecto, […] un par de investigadores del Banco Mundial  escribieron un documento en el que analizan la experiencia internacional y encuentran que:

La evidencia muestra que las leyes de responsabilidad fiscal ayudan a coordinar y a mantener compromisos de prudencia fiscal, pero que no son un sustituto para dicho compromiso y no deben ser vistas como fines en sí mismas. Pueden hacer una contribución positiva junto a otras medidaspara afianzar una coalición de estados y el gobierno central en favor de la prudencia fiscal. [Liu y Webb, “Laws for fiscal responsibility for subnational discipline: international experience“; énfasis añadido]

En otras palabras, una ley de responsabilidad fiscal tiene como requisito, para ser eficaz, que los gobiernos –o al menos algunos de ellos– tengan un compromiso con la disciplina.

Foro Nacional «Gasto público estatal y política social»: Manuel Martínez Justo

En la discusión de la primera mesa del Foro Nacional del pasado 15 de octubre, Manuel Martínez Justo inició su intervención con un recuento de la estructura que históricamente ha tenido el sistema de recaudación y gasto, destacando el centralismo que—desde la Colonia y hasta el período de partido hegemónico—lo caracterizó por mucho tiempo. El reto de la transición política, para Martínez, ha sido la exigencia de mayores responsabilidades por parte de los gobiernos estatales y el crecimiento en la participación por parte de los ciudadanos. Estos fenómenos se han dado a la par de la persistente dependencia de los gobiernos estatales respecto del federal en materia económica, dando paso al fenómeno de la deuda. El académico señaló que la preocupación por la deuda local no es exclusiva de México: ha sido estudiado y mediatizado también en España, Argentina y Colombia, por ejemplo. Algunas soluciones planteadas por Martínez son: el fortalecimiento de la diplomacia local, aumento de las remesas colectivas, el combate a la cultura de «no-pago» (que recompensa el pago tardío de servicios) y cooperación internacional para desarrollar proyectos sociales.

Foro Nacional «Gasto público estatal y política social»: Edna Jaime

Dentro de la primera mesa de discusión del Foro Nacional, Edna Jaime—directora de México Evalúa—destacó que desde la crisis de 2009 el crecimiento económico mexicano ha sido reducido, mientras que la deuda pública ha aumentado. Si bien la mayor parte de la deuda ha sido interna desde 2001 y las reservas internacionales se encuentran en un alto histórico, Jaime señaló como factor de preocupación la caída del volumen de petróleo exportado y de su precio. Dado que, de acuerdo con datos de la SHCP, alrededor de un tercio de los ingresos públicos (en 2013) correspondían a las rentas petroleras, esto es señal de alarma; principalmente, porque el gasto de los tres niveles de gobierno ha estado históricamente atado a esta fuente de riqueza. Aunque la producción petrolera haya caído, el gasto se ha mantenido en niveles altos: esto explica, en gran medida, el aumento de la deuda, que crece a mayores tasas que la economía desde 2008. De acuerdo con Jaime, es imperativo prestar atención al aumento en la deuda sobre todo en algunas entidades: Coahuila, Quintana Roo y Chihuahua, por ejemplo, tienen la mayor deuda per cápita de la república. Al mismo tiempo, la deuda ha aumentado con mayor rapidez, desde 2010, en Coahuila, Zacatecas y Morelos. Para Jaime, es imperativo fortalecer la recaudación estatal propia y, además, reducir el gasto corriente mientras se aumenta el gasto de inversión.

Análisis de México Evalúa: Deuda Pública y Gasto Estatal ¿Para qué?

México Evalúa ha hecho público su análisis sobre la deuda pública en los estados y sus efectos en áreas como infraestructura, salud y educación. Aunque el vínculo entre deuda y resultados en indicadores sociales es tenue, el análisis sirve para dimensionar el problema de la deuda estatal y para identificar los avances y rezagos diferenciados entre los estados.
Puede consultarse aquí:http://flipflashpages.uniflip.com/2/28779/115545/pub/

Deuda estatal

Otaviano Canuto y Lili Liu publicaron para el Banco Mundial una breve nota sobre la deuda de gobiernos subnacionales en países en desarrollo, en el marco de la crisis global que ha puesto más presiones fiscales a estos gobiernos y ha reducido el margen de maniobra en términos de financiamiento. Los autores revisan la deuda de los gobiernos subnacionales no sólo en términos de su magnitud, sino también con relación a sus efectos macroeconómicos, la importancia de su marco regulatorio y los temas estructurales de largo plazo (las necesidades de infraestructura, la reconfiguración de las responsabilidades de recaudación y gasto entre los ámbitos de gobierno, etc.). Es un texto que podría servir para poner un poco de orden y de perspectiva al confuso debate sobre la deuda de los gobiernos estatales en México.

 

 

Leyes de responsabilidad fiscal para gobiernos subnacionales

El incremento sustancial de los montos de deuda de los gobiernos estatales mexicanos ha generado dos preocupaciones: una relacionada con la discrecionalidad de los gobiernos estatales para contraer deuda y para gastarla en rubros no siempre prioritarios y otra respecto a las posibles consecuencias que, para la economía nacional, podrían tener niveles excesivos de endeudamiento. No puede olvidarse que la falta de control sobre los niveles de deuda subnacional llevó a varios países en desarrollo a problemas de inestabilidad macroeconómica en la década pasada.
En un sistema federal como el mexicano, el principal mecanismo de control deberían ser las legislaturas estatales, que tienen la responsabilidad no sólo de autorizar (o no) el endeudamiento, sino también de encauzar los destinos del dinero (mediante el presupuesto de egresos que aprueban cada año) y de vigilar su correcta ejecución. Por diversas circunstancias –la falta de capacidades institucionales de los congresos, la dependencia política vis-à-vis el gobernador y el reducido horizonte temporal de cada legislatura– este primer control ha sido, en general, poco eficaz.
Frente a ello, una posible alternativa es la imposición de controles genéricos desde el Congreso federal. Diversos países han emitido en los últimos lustros leyes de responsabilidad fiscal que buscan controlar el comportamiento irresponsable en el manejo de deuda y evitar que la ventaja de corto plazo que un estado puede obtener al adquirir deuda lleve a problemas de largo plazo para el país en su conjunto. Al respecto, hace un par de meses, un par de investigadores del Banco Mundial  escribieron un documento en el que analizan la experiencia internacional y encuentran que:

La evidencia muestra que las leyes de responsabilidad fiscal ayudan a coordinar y a mantener compromisos de prudencia fiscal, pero que no son un sustituto para dicho compromiso y no deben ser vistas como fines en sí mismas. Pueden hacer una contribución positiva junto a otras medidas para afianzar una coalición de estados y el gobierno central en favor de la prudencia fiscal. [Liu y Webb, «Laws for fiscal responsibility for subnational discipline: international experience«; énfasis añadido]

En otras palabras, una ley de responsabilidad fiscal tiene como requisito, para ser eficaz, que los gobiernos –o al menos algunos de ellos– tengan un compromiso con la disciplina.